El final del curso
se empieza a vislumbrar. Para unos será un curso más que se acaba y para otros
será el fin del grado, el fin del máster, el fin de la preparación de unas
oposiciones. Hoy os recomiendo en el blog un curso que puede serviros para
abrir nuevos horizontes, para preparar en el currículum una estancia fuera de
España como profesor, para probar si os gusta o no la experiencia de dar clases
de español como lengua extranjera y decidir a partir de ahí la posible realización
de un máster... Es un curso de referencia dentro de su ámbito, avalado por años de continuidad y un éxito constante de matrículas.
En septiembre y
durante tres semanas se organiza en la Universidad de Sevilla, y con la
homologación de una institución estatal como el Instituto Cervantes, el Curso de Formación para Profesores de Español como L2. Son ya dieciocho años los que
llevamos organizando este curso, aunque este año yo me estreno como directora tras una larga etapa en que ha ejercido como tal mi compañera Eva Bravo.
Déjame que te
cuente cómo se organiza el curso: son tres semanas de clase (eliges el turno: o
mañana o tarde) y luego una fase de prácticas (eliges hacer un trabajo en forma
de unidad didáctica o ejercer haciendo prácticas en alguna academia o centro de
enseñanza); el profesorado pertenece a diversas universidades y
centros de enseñanza españoles. Puedes preinscribirte e informarte en este enlace o en el correo electrónico: cursol2@us.es
Me encantará verte
por Sevilla en septiembre y saber que vas a terminar el curso con una buena
formación introductoria y un título bajo el brazo para lanzarte a trabajar como
lector, auxiliar de conversación o profe de español por el mundo.
Las oportunidades
hay que crearlas. ¿Quieres crearte una?
 |
El tribunal estuvo compuesto por
Álvaro Octavio de Toledo, M. Jesús Torrens, Belén Almeida,
Cristina Moya y Florencio del Barrio |
Es
víspera de Madrugá y voy murmurando de fondo por la casa unos versos de un poema
que cité hace tiempo aquí (“Viernes Santo” de Javier Salvago): “La misma luna,
el mismo / perfume del naranjo / aromando las calles, / donde la vida estalla”. Los ciclos nos hacen entender el mundo, comprender los cambios de tiempo y ascenderlos,
si ello nos complace, a categoría de rito. La vida universitaria es fuertemente
cíclica: todos los septiembres empieza, todos los junios acaba; “adoptas” a un estudiante
como investigador para guiarlo en su tesis, y luego termina y ha de empezar a
buscar su lugar en el mundo. Los textos también tienen su ciclo, desde que los empiezas escribiendo ideas hasta que, una vez terminados, lo dejas dormir
unos días antes de lanzarlos a que empiecen a navegar en la lectura ajena. La
rutina, que a otros atrofia y disgusta, a mí me serena y me abraza. Me gustan los ciclos.
Hoy
miro hacia atrás y veo que este marzo ha terminado justamente con los cierres
de algunos ciclos y la apertura de otros nuevos. De los ciclos que se cierran
os doy cuenta aquí:
-La
tesis de mi discípulo Jaime González se defendió el 5 de marzo. Obtuvo un sobresaliente
cum laude y la concesión de mención internacional.
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El tribunal estuvo compuesto por
Álvaro Octavio de Toledo, M. Jesús Torrens, Belén Almeida,
Cristina Moya y Florencio del Barrio |
Es
víspera de Madrugá y voy murmurando de fondo por la casa unos versos de un poema
que cité hace tiempo aquí (“Viernes Santo” de Javier Salvago): “La misma luna,
el mismo / perfume del naranjo / aromando las calles, / donde la vida estalla”. Los ciclos nos hacen entender el mundo, comprender los cambios de tiempo y ascenderlos,
si ello nos complace, a categoría de rito. La vida universitaria es fuertemente
cíclica: todos los septiembres empieza, todos los junios acaba; “adoptas” a un estudiante
como investigador para guiarlo en su tesis, y luego termina y ha de empezar a
buscar su lugar en el mundo. Los textos también tienen su ciclo, desde que los empiezas escribiendo ideas hasta que, una vez terminados, lo dejas dormir
unos días antes de lanzarlos a que empiecen a navegar en la lectura ajena. La
rutina, que a otros atrofia y disgusta, a mí me serena y me abraza. Me gustan los ciclos.
Hoy
miro hacia atrás y veo que este marzo ha terminado justamente con los cierres
de algunos ciclos y la apertura de otros nuevos. De los ciclos que se cierran
os doy cuenta aquí:
-La
tesis de mi discípulo Jaime González se defendió el 5 de marzo. Obtuvo un sobresaliente
cum laude y la concesión de mención internacional.
Una
imagen que repito mucho para que se entienda qué significa para un autor escribir un libro es la de la botella con mensaje que se lanza al mar. Eso de echar
botellas al agua es un acto bastante incívico, pero lo de escribir un libro,
sin ser incívico, se parece bastante. Una escribe, los editores publican y ya
el libro solo vuelve en forma de algo tan frío como las cifras de ventas o en
forma de algo tan cálido como los mensajes de los lectores, que agradezco y
contesto cuando puedo.
De
todos los mensajes que me llegan, tengo debilidad por los que vienen del
profesorado de Secundaria. Ya sabéis que en España es un sector muy castigado
salarial y administrativamente, sometido a legislaciones cambiantes y atrapado en una faralla terminológica y burocrática difícil de desenredar. Por ello,
valoro mucho su entusiasmo vocacional y su inquietud por seguir formándose y
formando a los alumnos. A veces me cuentan que han llevado a sus clases algún
texto o un vídeo mío para que sus alumnos lo comenten. Otras veces han ido más
allá del comentario y han hecho una actividad de creación con los estudiantes.
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Una
imagen que repito mucho para que se entienda qué significa para un autor escribir un libro es la de la botella con mensaje que se lanza al mar. Eso de echar
botellas al agua es un acto bastante incívico, pero lo de escribir un libro,
sin ser incívico, se parece bastante. Una escribe, los editores publican y ya
el libro solo vuelve en forma de algo tan frío como las cifras de ventas o en
forma de algo tan cálido como los mensajes de los lectores, que agradezco y
contesto cuando puedo.
De
todos los mensajes que me llegan, tengo debilidad por los que vienen del
profesorado de Secundaria. Ya sabéis que en España es un sector muy castigado
salarial y administrativamente, sometido a legislaciones cambiantes y atrapado en una faralla terminológica y burocrática difícil de desenredar. Por ello,
valoro mucho su entusiasmo vocacional y su inquietud por seguir formándose y
formando a los alumnos. A veces me cuentan que han llevado a sus clases algún
texto o un vídeo mío para que sus alumnos lo comenten. Otras veces han ido más
allá del comentario y han hecho una actividad de creación con los estudiantes.